ARTÍCULO NO. 3
INTERVENCIONISMO Y MORAL
CIUDADANA
“Con los medios de la ciencia no se puede decidir si
una institución o un orden social son o
no justos…” Ludwig Von Mises
¿Cuántas veces
no se ha preguntado el ciudadano guatemalteco acerca de cuáles son los
verdaderos motivos por los cuales el país no progresa? , ¿Es acaso la falta de
educación, la falta de recursos o la falta de inversión? Definitivamente la
respuesta a esta última interrogante es un rotundo “Sí”; ahora bien, todos
estos elementos y otros que no se mencionan, no se encuentran presentes en el
diario vivir ciudadano, debido a otros motivos de fondo y de los cuales nadie
quiere hablar con seriedad.
El ciudadano se
queja de que el gobierno no le brinda servicios eficientes que satisfagan sus
necesidades, de que no hay suficiente agua potable en las ciudades; se queja
además de que no hay carreteras, que la energía eléctrica es demasiado cara, de
que el precio de los artículos de la canasta básica está por la nubes, asimismo
de que la educación en todos sus niveles es inadecuada e insuficiente para los
niños y los jóvenes inclusive a nivel superior.
Sin embargo
todas estas anomalías presentes en el sistema, tienen un solo origen y este es:
el intervencionismo estatal. Históricamente Guatemala ha sido un país que particularmente
desde el siglo XIX, ha manifestado toda una serie de vicisitudes en todos los
ámbitos pero particularmente en el área política, con toda una serie de cambios
en el poder que han sido en muchos casos definidos mediante los famosos “golpes
de Estado” y hasta magnicidios.
Este tipo de
hechos lo único que ha logrado generar en el seno de la ciudadanía, es una
total y absoluta incertidumbre misma que han aprovechado los políticos
partidistas de turno para hacer valer el viejo refrán que reza “En río
revuelto, ganancia de pescadores”, lo cual les ha favorecido permitiéndoles así
implantar toda una serie de medidas estatales bajo el viejo estribillo de la
“Justicia social distributiva y la igualdad”.
Lo que en
realidad ha sucedido es que, estos vividores de la patria, encontraron en la
ignorancia ciudadana acerca de lo que significa un sistema libre, la debilidad
que les ha permitido mediante la creación de servicios e instituciones estatales,
no solamente perpetuarse en el poder gubernamental, sino que también han
promovido un “Estado de bienestar” –cuestionable este nombre desde todo punto
de vista- con un aparato burocrático cada vez mayor, mismo que a su vez
lamentablemente es de la misma manera totalmente ineficiente y hasta anacrónico
por no corresponder al momento actual de apertura política y comercial libres
que demanda el orbe a través de la figura del mercado.
De esa cuenta
instituciones como los Ministerios, las secretarías, el IGSS, el Banco de
Guatemala, la Contraloría de Cuentas y hasta la Universidad estatal, son el resultado
de otorgarle a los gobiernos de turno, más poderes y facultades de las que
deberían ostentar, y puesto que, el crecimiento del aparato estatal es cada vez
mayor, esto se debe precisamente al pago de facturas políticas, privilegios y
prebendas de las cuales gozan no solo los burócratas que apoyaron al partido en
el poder, sino que también aquellos Cárteles sindicales y hasta empresariales,
quienes ante el temor infundado de permitir un proceso de libre intercambio sin
beneficios particulares para nadie, impiden así, mediante toda una serie de
restricciones que van desde el pago de impuestos, precios tope, leyes
arbitrarias y hasta tratados de libre comercio mal negociados, la libre
participación de cualquier persona o empresa que ingrese al mercado.
Es así como, la
moral manifiesta en los ciudadanos se ha volcado al uso de la costumbre en
cuanto a pensar que ante cualquier problema o situación de índole nacional, es
el Estado o “Papá gobierno” el que debe resolver todos los problemas para tener
así contenta a la población, y puesto que esas son las funciones y atribuciones
que la Constitución de la República le ha otorgado a dicho ente, no queda más
remedio que seguirse quejando de que hace falta de todo, no queriendo ver el
ciudadano de a pie, que la solución puede ser tan sencilla como complicada, tal
es en este caso, limitar los poderes del Gobierno y aperturar el mercado
guatemalteco al mundo, siendo esta la
única manera de generar abundancia y riqueza para la mayoría.
“Intentemos más en concreto, establecer firmemente la
filosofía política de la libertad y delimitar la esfera propia de la ley, de
los derechos de propiedad y del Estado…” Murray N. Rothbard
REFERENCIAS
BIBLIOGRÁFICAS:
1.
Von Mises, Ludwig. Crítica del
Intervencionismo (El mito de la tercera vía). (2001) Unión Editorial, España
Quetzaltenango,
6 de mayo de 2014.
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