COMENTARIO NO. 6
LA CAÍDA DEL CAPITALISMO Y EL
AUGE DEL SOCIALISMO SEGÚN MARX
El historicismo de Platón y su premisa acerca del destino inminente de
la humanidad, se consolida en términos filosóficos gracias a la posterior
influencia de Hegel bajo la figura del positivismo, por la cual al conjugarse
ambos planteamientos se obtiene un sistema que se manifiesta como totalmente
contradictorio desde el punto de vista del sistema democrático de gobierno, lo
cual se ve reflejado más que en la división en clases que en sí misma no tiene
nada de negativo toda vez que no es posible la plena igualdad en todos los
ámbitos, en la amplitud persistente de los privilegios pero también en las
restricciones que posee cada grupo social y que están definidas por la voluntad
del Estado.
De esa cuenta, la doctrina política y económica conocida como Marxismo,
surge como una idea complementaria que hace propias las bases filosóficas en
primer lugar de Platón y en segundo lugar de Hegel. En ese sentido Karl Marx hace
propios esos pensamientos y los aplica elaborando una crítica profunda a lo que
es el incipiente sistema capitalista del siglo XIX, señalando sus supuestas
injusticias en contra de la clase proletaria y condenando a su vez la llamada
“explotación del hombre por el hombre”.
Partiendo de esta crítica, Marx consideró el hecho de que el sistema
capitalista desde el ámbito de la filosofía historicista estaba destinado por
ende, a ser sustituido por otro sistema a través del cual la sociedad
evolucionaría, siendo esta la premisa por la cual aseguraba que el capitalismo
esclavizante y egoísta tendería a desaparecer por sus supuestas deficiencias,
tomando su lugar un sistema más justo, igualitario y redistribuidor de la
riqueza, todo lo cual representa al Socialismo.
Sin embargo, la misma historia ha demostrado que el destino del hombre
no está de ninguna manera prefijado y que más bien él es el único capaz de
alterarlo y modificarlo de acuerdo a sus propios objetivos, necesidades y
anhelos, esto es, en libertad; lo cual de ninguna manera es posible bajo otro
sistema que como el socialismo coarta sistemáticamente las libertades
individuales, interviniendo la propiedad privada, como también en las vidas de
los ciudadanos quienes gracias a esta filosofía que ni siquiera entienden, se
someten de forma voluntaria pero a través de una coacción que a posteriori los trasladará de vuelta al
antiguo sistema griego de castas, en el cual unos pocos gobiernan mientras que
la mayoría sometida únicamente obedece.
Así, Marx condena el método de producción capitalista en cuanto a la
búsqueda de una mayor productividad, la cual se traduce como el resultado de
quitarle al obrero la plusvalía que genera su trabajo y que lo somete a largas
jornadas de trabajo, no entendiendo que para la época en que le tocó vivir, la
inversión per cápita era sumamente baja, lo cual obligaba para que una
producción fuera rentable, a establecer esas jornadas de trabajo con bajos
salarios.
Actualmente, la situación ha cambiado, ya que las sociedades que gozan
de una mayor libertad económica, han logrado reducir la jornada de trabajo y
paralelamente han logrado aumentar los salarios, gracias a la cada vez mayor
inversión de capital en los tres sectores de la producción, primario,
secundario y terciario. De este modo puede afirmarse que Marx erró notablemente
en sus predicciones ya que el Capitalismo liberal no ha desaparecido para dar
lugar al socialismo, sino que más bien ha prevalecido porque es el único
sistema que ha demostrado que puede hacer que las sociedades sean prósperas.
Bibliografía
Popper, K. R. (2015). La sociedad
abierta y sus enemigos.
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