ARTÍCULO NO. 3
EL RENACIMIENTO EN LA
EDAD MEDIA
“La edad media tenía un conocimiento muy
limitado del globo y el culto a la ignorancia no estimulaba la investigación…”
Louis Rougier
La caída del imperio romano, fue en su momento
un suceso preconizado, allá por el año 400 D.C., y que como se sabe fue ocasionado
entre otros motivos, por el desorden imperante en el gobierno de los últimos
emperadores, hasta llegar a Constantino. Pero también influyeron otros factores
igual de nocivos tales como las rebeliones e insurrecciones que se produjeron
en las provincias romanas y que, ante la incapacidad de la milicia romana, se
hizo necesario contratar ejércitos bárbaros quienes aliándose posteriormente
con los esclavos, lograron hacer caer a la “Ciudad eterna”.
Este es así el preámbulo de lo que se conoce
como la Edad Media o Feudalismo, época en la cual, se formaron la mayoría de
países europeos que se conocen en la actualidad. De esta manera al disolverse
el Imperio romano, se establecen los reinos de Bretaña, Galia, España, Portugal
y Germania, siendo cada uno de estos territorios gobernado por un Rey o
Monarca, quienes a su vez delegan entre su descendencia y parientes más
cercanos, la administración de esos territorios, mediante el pago por parte de
los siervos o vasallos, de ciertos tributos que eran reclamados por los señores
feudales.
De esa cuenta, el sistema Feudal, propició
muchos desarrollos tecnológicos que en muchos casos, fueron obra de siervos y
artesanos, quienes con su ingenio e inventiva, lograban crear nuevas
herramientas para mejorar su producción, entre las que pueden mencionarse, el
arado, sistemas para la construcción, la metalurgia, los sistemas de riego y
hasta algunos inventos como el Astrolabio, precursor del sextante moderno, para
la navegación marítima y los sistemas de irrigación de cultivos.
Es una época en la que surgen ricos
comerciantes y también la banca, lo cual promueve el desarrollo del lujo y la
vida en las grandes urbes, pero al mismo comienzo da inicio una nueva
revolución intelectual y de valores que encontraban mayor deleite en la misma
riqueza, pero también de forma paralela en la cultura y la belleza evidentes en
la vida terrenal.
Todo lo anterior se traduce en un desafío al
humanismo cristiano, que predominaba en la mente de los europeos de esa época,
lo cual unido a la invención del papel y de la imprenta, produjo así un
extraordinario estallido del intelecto rebelde que deseaba ir más allá de lo
que el cristianismo podía ofrecer en el siglo XV.
Es así como al retomar y hacer públicos los
escritos griegos y romanos antiguos, ya olvidados por el paso de los siglos, y
que eran considerados como profanos; hace así su entrada triunfal un nuevo
devenir en el pensamiento y desarrollo de la ciencia, esto es, el Renacimiento.
Esta corriente científica y cultural propicia así,
el reemplazo sistemático del concepto teísta del mundo, que promovía la
humildad, el sometimiento y la servidumbre de origen escolástico, por otro que
por el contrario tenía como finalidad el vivir una existencia de forma plena y
vigorosa, de forma placentera y con el mayor de los lujos.
El hombre del renacimiento, de esta manera,
rechaza rotundamente la subordinación y la humillación, siendo ejemplo de esto
el surgimiento de las artes plásticas, que en vez de limitarse a decorar
catedrales o esculpir santos, busca en los fenómenos de la existencia diaria la
belleza que otrora le había sido negada. De ahí que la postura renacentista con
respecto a la naturaleza, implicaba que esta debía ser dominada y no solo
admirada.
Toda esta revolución cultural, que podría
decirse a modo de broma, que representó a los “Hippies” del siglo XV, tuvo sus
orígenes gracias al impulso por redescubrir la cultura griega, y se da gracias
a Italia y muy especialmente a la ciudad de Florencia.
Es de notar que los europeos del renacimiento
le tenían pavor al idioma griego al que consideran hereje y por ende peligroso.
Y sin embargo es gracias a Palla Strozzi, quien llevó a Florencia a un erudito
originario de Bizancio llamado Manuel
Chrysolloras, quien a su vez hablaba
griego, que los textos helénicos comenzaron a darse a conocer para
posteriormente ser aceptados con amplitud.
Así, los
florentinos comienzan a leer griego, descubriendo así los maravillosos escritos
de Homero, Platón, Aristóteles y Sócrates entre otros. Posteriormente a ello,
surgen los mecenas como Cosme de Médicis, quien competía con otros benefactores
florentinos por el patrocinio de la inmensa constelación de artistas que
surgieron en esa época, contándose entre ellos el máximo exponente del
Renacimiento: Leonardo Da Vinci.
Y aunque el humanismo florentino, a menudo era
tachado de pedante y académico, en definitiva, su gran contribución fue el
convertirse en el maestro de Europa, gracias a lo cual sus herederos lograron
fundar bibliotecas y academias, que se convertirían en las actuales Universidades,
lo cual demuestra una vez más el poder que la influencia griega ha tenido y
continua manifestando aún en este mundo moderno del siglo XXI.
“El pueblo de Italia
se convirtió en el más escéptico de Europa…” Louis Rougier
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
Rougier, Louis. El genio de Occidente. Segunda
Edición (2005) Unión Editorial, España.
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