ARTÍCULO NO. 5
¿DEMOCRACIA O DEMAGOGIA? DIGAME CUAL LE
GUSTA…
“Del pueblo, por el
pueblo y para el pueblo…” Abraham Lincoln
Sin lugar a dudas, la forma más
adecuada para cambiar pacíficamente de gobierno en un estado libre, es la
Democracia. Mediante el ejercicio de ella, los ciudadanos tienen el poder
“concedido al pueblo” para ejercer la autoridad; al menos eso es lo que nos
dice la Ciencia Política. Esta puede así entenderse como un proceso en el cual
se puede ejercer la tan anhelada libertad. Cabe preguntarse entonces: ¿Se es
libre acaso por vivir en Democracia? Esta pregunta en sí misma, encierra toda
una serie de dudas que es necesario resolver.
Resulta que el sistema
democrático, al entenderse como el gobierno de la mayoría, pretende a través de
su ejercicio, obtener el máximo beneficio posible para la mayor parte de los
miembros de la sociedad. Sin embargo, esto encierra un peligro oculto; y es que
a menudo esa voluntad mayoritaria puede tomar decisiones que, si no están
meditadas inteligentemente, lo único que hacen es imponer un criterio que puede
ser más perjudicial que beneficioso, dándose cuenta en el transcurso del
tiempo, de que se ha caído en la trampa de “La dictadura de la Democracia”.
De alguna manera, el hecho de que
ciertas mayorías tomen decisiones erradas, se debe en muchos casos a la
evidente tendencia de los políticos partidistas de mentir en sus acalorados
discursos, ofreciéndole al pueblo hasta las cosas más ridículas, siendo
evidente que eso es precisamente lo que desean escuchar.
Es en este punto cuando se cae en
la así llamada “politiquería”, cuyo endeble sustento es la mentira que siempre
tiene consecuencias negativas para los votantes. Las estrategias utilizadas en
ese sentido tales como: regalar láminas, limas, playeras y víveres; son así de
lo mas trilladas, resultando al final que la gente en su precaria necesidad las
recibe, a sabiendas que en todo caso es mejor sacar algo en el instante en
lugar de aferrarse a toda una serie de ofrecimientos que no se cumplirán y cuyo
ciclo tendencioso y engañoso, se volverá a repetir 4 años después con el mismo
“Pan y circo”.
Entonces, tal y como muchos
filósofos y juristas de la antigüedad, tales como Sócrates, Platón y
Aristóteles manifestaron hace más de 2000 años; la expresión negativa de la
Democracia, es precisamente la Demagogia ó “Gobierno de los pobres”. Y se le denomina
así, no precisamente porque padezcan de esa condición económica, sino porque su
capacidad de pensar en términos de libertad, bajo el entendido de que esta es
la capacidad del ciudadano de ejercer sus derechos respetando los de otros, no
es congruente con el bienestar general, buscando en ese sentido utopías tales
como la “Justicia Social”, el “Bienestar social” y hasta el intervencionismo
estatal.
Por lo tanto, lo anterior viene a
ser la combinación perfecta de ingredientes que entre ignorancia, aspiración a
la igualdad y decepción crónica del sistema electoral, se explota y aprovecha
por parte de los políticos partidistas para alcanzar sus propios fines, sin
importarles en lo más mínimo, ya que carecen de la conciencia para ello, que el
país se descalabre pedazo a pedazo.
Todo esto demuestra que mientras
el sistema electorero que prevalece en Guatemala, siga la tendencia actual,
definitivamente el país está sentenciado a seguir sendas peligrosas que en
definitiva atentarán contra la cada vez más escasa y vulnerable libertad, que
al menos por ahora, es posible ejercer aunque sea en mínima parte.
Guatemala está así, a merced de
grupos mayoritarios, irreflexivos, faltos de educación y por desgracia, también
irresponsables. Por lo tanto no necesariamente por vivir en un sistema Democrático,
se goza de libertad, puesto que a menudo, las mayorías en mención por su misma
necesidad que la falta de esa libertad les ha provocado, toman así decisiones
equivocadas.
“No le tengo miedo a los tontos porque sean tontos, sino porque son
muchos…” Facundo Cabral
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
Amurrio,
Arduino. Clásicos del pensamiento político. 3er. Edición (2009) Universidad
Francisco Marroquín
Mazatenango,
3 de agosto de 2013.
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