ARTÍCULO NO. 2
HAMBRE EN EL PAÍS DE LA “ETERNA PRIMAVERA”
“La democracia es uno
de esos trascendentales valores negativos cuya existencia suele pasar
desapercibida, pero cuya ausencia encierra siempre graves peligros…” Friedrich
A. Hayek
En días recientes fue dado a
conocer a través de los medios de comunicación la triste situación de la niñez
desnutrida del Departamento de Zacapa, en el oriente del país. Los casos
presentados en dicho reportaje conmueven hasta al corazón más duro, puesto en
verdad cuesta creer que una situación de este tipo se esté dando en nuestra país,
en donde los recursos que se poseen son en cuantía mucho más abundantes que en
aquellos países que sin contar con ellos, cuentan con un nivel de vida muy
superior al de la mayoría de guatemaltecos.
Y esto es solo lo que se puede
percibir en lugares como Zacapa, pero también en otros departamentos tales como
Alta y Baja Verapaz, Izabal, El Progreso, Chiquimula, Huehuetenango y también
Quetzaltenango; lugares que asimismo han manifestado un número importante de
casos de desnutrición crónica. Aún así en definitiva no se sabe cuál es el
nivel en términos reales que de esta situación aberrante se manifiesta en todo
el país.
Usualmente los ciudadanos suelen
condenar la descomposición social que se vive, misma que se refleja en actividades
como la violencia, la criminalidad y los homicidios; sin embargo, debe hacerse
notar que todo esto es el resultado de una pobreza extrema que poco a poco
extiende su sombra por encima de nuestra cabezas enviándonos un mensaje claro:
sin bienestar no ha paz.
Es la ausencia de ese bienestar
general el que provoca situaciones como la desnutrición infantil, y para lograr
la erradicación de males como este, se precisa entre otras cosas cambiar la
actitud de quienes se dedican al quehacer político en el país y es que, como
mencionó el filósofo Aristóteles, el hombre suele sentir apego a los cargos
políticos en general, de tal forma que se convierte muchas veces en un megalomaníaco,
que puede llegar hasta el extremo de enfermarse si no se encuentra en una
situación de poder. Esto al final lo único que logra es la prevalencia de
grupos poderosos a los cuales no les importa el interés general o la toma de
decisiones basadas en la estricta justicia. Y es que cuando los hombres se
encumbran en una posición de este tipo, usualmente se olvidan por completo de los
ideales por los cuales pretendían llegar a esos puestos de decisión.
El ciudadano común y también el
político partidista, deben tener mucho cuidado, y estar atentos a los
acontecimientos que ocurren actualmente en el país. La corrupción es un fenómeno
que al igual que la Hydra, aquél mítico monstruo de la mitología griega, tiene
muchas cabezas, y situaciones como las de la hambruna prevaleciente en el país
poseen diversos orígenes, de lo cuales en definitiva todos tienen su cuota de responsabilidad.
Es chocante y molesto el tener que enfrentarse a una situación así, pero sin
generar inversión que se traduce en empleo y sin un marco legal certero, en
definitiva problemas como el anterior seguirán manifestándose con las
respectivas consecuencias sociales que en definitiva nadie en el presente
estado de cosas puede prever ni muchos menos desear.
¡Esto no debería estar pasando en
Guatemala! Pero es de notar que en el país de la “Eterna primavera” esto es un
reflejo de la ausencia de principios y valores éticos dentro de un marco de
libertad, ideal cuya ausencia se hace cada vez más grave y evidente.
“El hombre estableció la comunidad política para vivir agradablemente,
y no solo con el fin de vivir…” Aristóteles (348-322 a.c)
Amurrio, Jesús. Clásicos del
pensamiento político. 3era. Edición (2009). Universidad Francisco Marroquín,
Guatemala
Orozco, Andrea. Prensa Libre. Temen
más desnutrición. 3 de julio de 2013. PP 4-5
Quetzaltenango, 13 de julio de
2013.
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