Artículo No. 6
IGUALDAD O MUERTE…
¡PREFIERO LA LIBERTAD!
“Un hombre solo, no es
un hombre libre…” Francisco Pérez de Antón
Suele ser bastante raro encontrar un gobierno
que se conduzca bajo el criterio de tomar decisiones inteligentes y que bajo
ese contexto, pueda dirigir los destinos de un país de manera tal que se consiga
el mayor progreso posible de sus ciudadanos.
Por lo regular los políticos partidistas que
llegan a ocupar puestos de poder dentro del Estado, suelen cometer toda una
serie de desaciertos que afectan el desarrollo integral de los ciudadanos, tal
es el caso de la búsqueda de la equiparación progresiva de la sociedad en su
conjunto, pretendiéndose que, de alguna manera todos posean, tanto igualdad de
oportunidades pero también igualdad de resultados.
Al analizar dicha postura, se establece así una
contradicción inherente entre igualdad y libertad, puesto que se le otorga una
máxima prioridad a la primera, cuando es la segunda o sea el derecho a ser
libre, la premisa más importante, ya que la experiencia de otras naciones en
las cuales el totalitarismo ha colocado su bandera a manera de insulto, ha
demostrado que cuando se pretende equiparar a todos, poco a poco pero de manera
consistente, se van perdiendo todas las demás libertades que dentro de una Democracia
se han logrado ganar con mucho esfuerzo, lucha y sacrificio.
¿Cómo se demuestra esto en la práctica?, basta
ver bajo qué condiciones viven los ciudadanos de países como Corea del Norte,
Venezuela o Cuba, que gracias a esa falsa igualdad, lo único que tienen en común
es la pobreza, la escasez y el hambre, las cuáles como una fiera enfurecida al
acecho, no se apartan de quienes a lo único que aspiran es a vivir en libertad.
No existe de esta manera comparación entre
estos sistemas de vida –si es que se les puede llamar así- con aquellos en los
cuales se hace evidente la libertad de los individuos, y es que si se hiciera
un inventario de todas aquellas expresiones de este beneficio de las cuales se
disfrutan en un país como Guatemala –que de muchas maneras aún tiene
restringida sus libertades- los ciudadanos se darían cuenta de que las
condiciones son muy diferentes a las mencionadas en los países que viven el
calvario del socialismo.
Debe pues hacerse una profunda reflexión,
acerca de qué puede hacer el guatemalteco
instruido e intelectual, para influir en los espacios políticos que
permitan así que bajo el contexto de la libertad, las condiciones generales
sean mucho mejores de lo que son en este momento. La corrupción, la delincuencia,
la baja productividad, los impuestos cada vez más altos; son solo el reflejo de
la falta de ella, y si no se toman medidas que otorguen una verdadera apertura
a sus principios e ideas, entonces la condena de este país en manos del
colectivismo estará asegurada.
Es necesario entonces educar a las generaciones
presentes y venideras en lo que significa verdaderamente vivir en libertad, sin
intervenciones o manipulaciones, ni de los individuos ni del Estado hambriento
de más poder y cobertura, que utiliza como argumento las condiciones de pobreza
y exclusión que su misma intervención ha creado con el fin de perpetuarse en el
poder y seguir coartando así el derecho a vivir en paz y armonía.
Amurrio,
Jesús. Clásicos del pensamiento político. 3era. Edición (2009). Universidad
Francisco Marroquín.
Quetzaltenango, 31 de octubre de 2013.
Comentarios
Publicar un comentario