ARTÍCULO NO. 2
ACERCA DE LA “DAMA DE HIERRO”…
“Hoy en día se entiende que no hay mayor injusticia que tratar como
igual a lo que de hecho es desigual…” Friedrich A. Hayek
Uno de los personajes de la vida
política mundial que ha dejado una huella perdurable en las sociedades libres
es sin duda la señora Margareth Thatcher.
Hija de un tendero, gracias a su tenacidad y esfuerzo logró ingresar a la Universidad de Oxford,
trabajando posteriormente como investigadora química y realizando más tarde estudios
de Derecho tributario.
Ingresa al mundo de la política
como miembro del Partido Conservador de Inglaterra por medio del cual en 1959 gana un escaño en
la Cámara de los comunes. Fue Secretaria de Estado para asuntos sociales y
también Ministra de Educación y ciencia, para luego en la década los años 80,
ser electa como Primera Ministra de Inglaterra.
Después de la segunda guerra
mundial, el pueblo inglés decidió a través del Partido laborista, adoptar un
sistema de gobierno denominado “Socialismo Estatal”, diferenciándose éste del
socialismo marxista en 3 aspectos fundamentales: una ideología no ateísta-
materialista, no asumir ninguna doctrina, ni propiciar la lucha de clases.
Este sistema de gobierno que
prevaleció hasta la década mencionada, sentó sus bases en 5 instituciones
sociales: la seguridad social, el servicio social sanitario, la asistencia
social, los subsidios a las familias y por último, la asistencia a los menores
de edad.
El objetivo final de los
socialistas ingleses consistía en
nacionalizar a las empresas privadas, justificando este proceder en cuanto a
que solamente de esa manera se podrían sentar las bases para una economía
dirigida socialista y centralizada. Es evidente que este así llamado
“experimento inglés” fue muy poco conocido en Latinoamérica, pero lo
sorprendente de este caso es la facilidad
que tuvo su implementación ya que la mayoría de los ciudadanos ingleses estuvo
de acuerdo de forma pacífica a implementarlo, quizás porque recién acababan de
salir de un conflicto bélico trascendente y querían “probar” un nuevo sistema
de gobierno que quizás fuera mejor (¿?).
En dicha época fueron
nacionalizados: El banco nacional, la producción de carbón, acero, gas,
electricidad, el ferrocarril, el transporte pesado y otras empresas
industriales, teniendo este sistema de gobierno una duración de solamente 5
años, esto debido a que las medidas anteriores solamente lograron aumentar la
inflación y generar crisis en la balanza de pagos. Todas estas fueron las
consecuencias de una política errática de intervención estatal en la economía y
del mantenimiento de las condiciones de pleno empleo, que como todo el mundo
sabe solamente le otorgan poderes ilimitados a los gobiernos, mismos que por
naturaleza no son eficientes en la administración de los recursos.
Margareth Thatcher llega así en
el año 1979 a la primera magistratura de su país, postulada por el mismo
partido Conservador y siendo como era, una legítima liberal, toma las riendas
de Inglaterra comenzando desde su cargo la implementación de medidas que debilitan al estado benefactor e
interventor. Algunas de estas medidas incluyeron: la eliminación de una norma
que ordenaba al estado a distribuir leche gratis en las escuelas, recortes en
los servicios sociales, privatización de las empresas estatales, privatización
de la educación y una lucha agresiva contra el desempleo.
Su gobierno fue influenciado por
dos postulados importantes: el Liberalismo de Adam Smith y la Teoría Monetaria
del premio Nobel de Economía Milton Friedman.
Cuando se habla de la decadencia
de la ley, tomando como referente a las normas abstractas y espontáneas, es
importante señalar que ésta debe cumplir con un sinnúmero de condiciones que
nunca está en posibilidad de poder prever, y que, cuando un marco legal le
otorga amplios poderes a los gobernantes, es precisamente en ese momento cuando
el “poder absoluto corrompe absolutamente”. El hecho de que el experimento
inglés haya fracasado, tiene sus bases en el hecho de que el pueblo en general
olvido por completo los preceptos establecidos por la “Common law”, mismos que
son de aceptación general y que no admiten la intervención deliberada de las
organizaciones.
Entonces, ni los resultados ni
los números mienten, el pueblo inglés entendió la diferencia entre un sistema
libre y uno intervenido. Entendió asimismo que no se puede generar riqueza de
la nada, sino que ésta es necesario generarla, y de igual manera comprendió que
un estado con un mínimo de funciones hace más beneficio que daño. ¿Por qué
entonces el ciudadano guatemalteco no logra aprender de los problemas ajenos,
sino que más bien prefiere seguir “recibiendo palo” por parte del estado? ¿Por
qué no logra entender que las dádivas, los subsidios y la justicia social no
son más que espejismos? Es el momento de pensar en términos de libertad…
“El gobierno libre se basa en la desconfianza; es ésta y no la
confianza, la que engendra constituciones que sujetan a quienes nos vemos en el
caso de confiar el poder…” Thomas
Jefferson
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