ENSAYO FINAL:
LOS POSTULADOS ECONÓMICOS DE JUAN DE MARIANA Y SANCHO DE MONCADA
EN LOS SIGLOS XVI Y XVII
“En términos generales los autores españoles aceptaron de buen grado la
idea de que la razón de Estado autorizaba implícitamente al rey a actual, si no
fuera de la ley, al menos con una libertad que efectivamente le permitía
ignorar los límites impuestos por ella...“ Rogelio Fernández Delgado
La España de los siglos XVI y
XVII, se desarrolló dentro de un contexto político y económico, sobre cuyo eje
se encontraba la autoridad suprema de los monarcas de turno, quienes ejercían
el poder inicialmente dentro del marco de la voluntad y aceptación de sus
súbditos, quienes recibían de buen grado las ordenanzas y disposiciones que
estos tenían a bien ejercer, en beneficio de los ciudadanos, quienes apoyaban a
sus monarcas en sus decisiones, mismas que permitieron el progreso general
gracias a la no intervención de los soberanos en el marco de la figura de la
propiedad privada..
En ese sentido, cabe mencionar
que paulatinamente, las acciones de los príncipes y de los reyes fueron
tergiversándose, de forma tal que, el sistema de gobierno tanto en lo político
como en lo económico, comenzó a corromperse de forma tal que comenzaron a
manifestarse algunas distorsiones en dichos ámbitos, tales como, el continuo conflicto
con los países vecinos, el aumento de los impuestos, el envilecimiento de la
moneda, el cierre de fronteras y la prohibición de la salida de los metales
preciosos como el oro y la plata.
De la misma manera, los poderes
de los soberanos, se fueron incrementando de manera notable, de forma tal que,
no solo provocan los perjuicios señalados en el párrafo anterior, sino que,
además, se adjudican el pleno derecho de ejercer su absoluta voluntad en todos
los ámbitos del quehacer ciudadano,
comenzando con el retorcimiento del derecho a la propiedad privada como
también de los derechos individuales, puesto que se comienzan a desarrollar
algunas ideas que van en el sentido de
brindar asistencia obligatoria a los pobres, los enfermos y los
menesterosos, como también a la imposición de tributos a las tierras ociosas,
pudiendo llegarse inclusivo a su confiscación.
Todas estas acciones combinadas
tuvieron una serie de alcances que derivaron en una diversidad de situaciones
que de ninguna manera pudieron prever, la debacle económica que durante este
período de un poco más de cien años, afectó al Reino de España, provocando
guerras por la posesión y ocupación de los vastos territorios de la Nueva
España –América-, la salida de los súbditos españoles de sus territorios debido
a la escasez de trabajo y de alimento, derivados a su vez de la prohibición del
comercio exterior, incluyendo las importaciones de mercaderías, como a su vez
las exportaciones de productos y materias primas.
En general, puede decirse que, de
este modo, España vivió lo que quizás fue, una de las peores etapas de su vida
económica, ya que, aunque poseían la riqueza inherente a las nuevas colonias
ocupadas por la Corona, su política interior reflejaba más bien todo lo
contrario, esto es, unas constantes condiciones de pobreza y asimismo falta de
apertura comercial, lo cual como ya se afirmó con anterioridad se deriva de la
intervención y plenos poderes concedidos a los monarcas por sus súbditos.
Es entonces, y justo en este
momento histórico que surgen dos corrientes de pensamiento de origen
escolástico que son diametralmente opuestas en los ámbitos económico, político
y social, mismas que estaban representadas por Juan de Mariana (Siglo XVI) y
Sancho de Moncada (Siglo XVII).
Para el caso particular de Juan
de Mariana, este sacerdote Jesuita tuvo a bien publicar su obra más conocida
entre otras, y denominada como De rege et
regis institutione, misma que es considerada como la obra política y
económica más influyente de su época.
Juan de Mariana de este modo,
destaca por llevar a cabo diversas críticas acerca de aspectos tales como la
acuñación de moneda y su envilecimiento, la intervención de los Monarcas en la
economía, la atención a los pobres, los impuestos y también el cierre de
fronteras y el cobro de aranceles a los productos importados.
Por otro lado, Sancho de Moncada,
mantiene una posición diametralmente opuesta a las ideas de Juan de Mariana, y
cuya obra más importante, desde el punto de vista del intervencionismo del
Estado, la constituye su libro La
restauración política de España, en el cual se refiere entre otros tópicos,
a la prohibición de introducir mercancías extranjeras al reino, ya que
considera que esta es la causa de la disminución paulatina de la población en
el país, por lo cual su postura ante la prohibición del comercio exterior en
aras de promover el comercio interno, resultaría según su opinión, en un
beneficio mayor para la población porque el erario público recibiría más
impuestos, situación que como es bien sabido produce el efecto contrario.
Bastante notable resulta también,
la implacable persecución llevada a cabo hacia los extranjeros asentados en
territorio español, pero particularmente a los gitanos, para quienes promovió
su expulsión sistemática. Cabe notar, trasladando estos sucesos al contexto del
siglo XXI, parece evidente que la situación no ha cambiado en muchos países con
altos niveles de desarrollo, quienes en la actualidad aplican políticas de
restricción migratoria a todos aquellos hombres y mujeres que por motivos
económicos, principalmente buscan un futuro mejor para ellos mismos y sus
familias, encontrándose con el rechazo general de una población que los ve al
igual que en el siglo XVII como la causa de la pobreza de aquellos lugares
hacia donde pretenden migrar.
De este modo, Sancho de Moncada,
se constituye como un ideólogo cuya línea de pensamiento es eminentemente
intervencionista, esto es, que el poder otorgado al Estado es el medio más
eficiente para la fundación, conservación y expansión del Reino.
Es así como los antecedentes
anteriores permiten afirmar que si bien, los escolásticos contribuyeron de una
manera determinante en la divulgación de los principios y bases del liberalismo
económico, es asimismo digno de mención, el hecho de que no todos coincidían en
algunos puntos del análisis tanto de la ciencia económica como de la ciencia
política, puesto que hubo algunos como el ya mencionado Sancho de Moncada,
quienes muchas veces haciendo suyas las ideas de Giovanni Botero o de Nicolás
Maquiavelo, pretendieron justificar la asignación de mayores poderes a los
monarcas, en nombre del concepto demagógico del así llamado: “Bienestar
social”.
Puede afirmarse así que, de
alguna manera, estas ideas que en el devenir de los siglos fueron tomando eco
entre los inconformes impulsores del Estado totalitario como Marx y Engels, se
constituyeron en la base ideológica de la doctrina Socialista.
De esta manera, y retomando las
ideas de Juan de Mariana, dicho escolástico fue siempre un notable opositor a
las acciones arbitrarias y plenipotenciarias de los Monarcas de su época. Sus
críticas más importantes fueron dirigidas principalmente a la imposición de
tributos en contra de la voluntad popular, como también ante todas aquellas
acciones que atacaran de manera coactiva a la figura de la propiedad privada,
ya que esto, vinculado con las cargas impositivas, se constituían en una
flagrante transgresión a la propiedad individual y sus correspondientes
derechos inalienables. De esta manera, y desde el punto de vista de Sancho de
Moncada, el Estado, representado por los Monarcas, debía poseer en cambio
plenos poderes para de esta manera poder brindar más y mejores servicios a la
población, aunque con sus acciones hiciera justamente lo contrario, lo cual
derivó en corrupción y vicios, llegándose a aceptar inclusive que, promover el
bienestar de los soberanos era exactamente igual al bienestar de los súbditos,
situación que de sobra es sabido jamás fue de esta manera.
Cabe resaltar que, Juan de
Mariana, en algunos casos concretos estaba a favor de la presencia del Estado
en ciertos asuntos. Si bien, como se mencionó con anterioridad su posición en
cuanto al respeto por la propiedad privada es muy elocuente en De rege et regis institutione, también
es un pensador que está totalmente en desacuerdo con la existencia de las
desigualdades, para lo cual propone que todas aquellas tierras que se
encuentren en situación ociosa por parte de sus propietarios, sean a su vez
redistribuidas a quienes no poseen tierras para que de esta manera las puedan
trabajar.
Sin embargo, aún y cuando pueda
parecer un acto de generosidad otorgarle este favor a los más desposeídos y
abandonados por la sociedad, se comete una injusticia mayor al pretender
confiscar dichas propiedades en nombre de la desigualdad prevaleciente, ya que
esto solo provoca el atraso sistemático de las sociedades, puesto que el
progreso de la humanidad jamás fue logrado gracias a la igualdad, sino que más
bien es el resultado de que los individuos no son iguales más que ante la ley,
no así en los aspectos económicos y sociales.
De esta manera, la posesión de
bienes sean estos muebles o inmuebles, en el marco de la propiedad privada, es
un derecho inalienable, más no gratuito, puesto que siempre habrá quienes,
adjudicándose atribuciones que no les competen en el marco del poder estatal y
demás poderes periféricos, pretenderán usurpar el derecho a la libertad
económica, por lo que estas prerrogativas derivadas del trabajo y del ingenio
humanos en libre albedrío, deberán aún en casos extremos, defenderse a través
de todos los medios que sean necesarios.
Los aspectos relativos a los
impuestos, también fue un tema de fuerte discusión ideológica en los siglos XVI
y XVII, de tal manera que Juan de Mariana, se inclinaba hacia la justicia
fiscal, mientras que de manera contraria Sancho de Moncada, en reiteradas
ocasiones se pronunció más bien, a favor de que el sistema de recaudación
fiscal fuera más eficaz, en el sentido de que los recursos necesarios para el
sostenimiento del sistema de gobierno, fueran adquiridos a través de los medios
que fueran necesarios, de tal manera que, si este cometido no se cumplía de
acuerdo a lo esperado, el Monarca tenía lo potestad de imponer mayores o nuevos
tributos.
Debe recordarse que, la crisis
económica del Reino español durante los siglos sujeto de análisis en este
ensayo, se debió a varios factores impulsados por las ideas de Sancho de
Moncada, esto es, la devaluación de la moneda, la prohibición de las
exportaciones, la migración de los súbditos a otros puntos geográficos con trabajo
y recursos, el rechazo a los extranjeros y la importancia inherente que se le
concedió a la producción y comercio internos.
Si a esto se le suma un mayor
número de cargas impositivas, los resultados definitivamente no podrán ser los
más favorables para una nación, provocándose una espiral inflacionaria cuyas
consecuencias pueden traducirse en descontento popular, que pueden llevar
inclusive al derrocamiento del Monarca.
Por último, otro fenómeno que
tuvo a bien Juan de Mariana analizar con suma preocupación y profundidad, lo
constituye la expansión de la masa monetaria a través del envilecimiento de la
moneda. En ese sentido, este escolástico advirtió previamente en el siglo XVI
al Rey Felipe III, acerca de las consecuencias del envilecimiento de la moneda
de vellón, lo cual trajo como consecuencia inminente la sustitución de moneda
metálica acuñada en plata y oro, por
moneda adulterada con hierro y cobre. Esta acción como es bien sabido,
no es más que el resultado de las políticas expansivas del Estado, derivadas de
su gradual insuficiencia de recursos, lo cual provoca esta expansión monetaria,
entonces, hay más dinero circulando, pero esto envía un mensaje a los agentes
económicos, quienes suben sus precios propiciando así el fenómeno inflacionario.
De este modo, Juan de Mariana
aconseja a los monarcas no excederse en el gasto público, procurando en cambio
reducir el alcance de sus funciones, condición que hoy en día, se sigue
cumpliendo al pie de la letra.
Es así como puede concluirse que,
desde cualquier punto de vista, los aportes de Juan de Mariana se consideran
como mucho más coherentes y basados en la realidad, que aquellos propuestos por
Sancho de Moncada, con lo cual comparativamente, mientras que el primero de
ellos está a favor de todas aquellas coyunturas que promuevan la libertad y
favorezcan a la figura de la propiedad privada, mediante la menor intervención
del Estado; el segundo de ellos, por el contrario favorece y promueve la
manipulación interventora del poder estatal a través de la creación de mayores
tributos, restricciones a la migración y al comercio internacional, promoviendo
además el aumento de poder de la clase gobernante, lo cual tendrá como
consecuencia el sometimiento de la sociedad a la voluntad y poder ilimitados de
dicha clase.
1. Fernández Delgado, Rogelio. La ruptura del pensamiento económico
castellano en el siglo XVII: Juan de Mariana y Sancho de Moncada. Universidad
Complutense de Madrid; Facultad de ciencias Económicas y Empresariales. (2003).
Quetzaltenango, 6 de noviembre de
2014.
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