Artículo No. 4
EL “PARAISO COMUNISTA” SEGÚN VLADIMIR YLICH ULYANOV LENIN”
“Es natural que lo que
más satisface al creador y conservador de los hombres no es la prosperidad
particular de alguno, sino el mayor bienestar de todos…” Alexis de Tocqueville
Ese capitalismo, con su egoísmo innato y su
franco desprecio a los seres humanos, que llega a reducirlos a meros
instrumentos de trabajo, sin más valor que el salario fijado, denota así que es
el momento de que las reglas cambien y se imponga de esta manera, la dictadura
del proletariado, el cual aplastará definitivamente a ese capitalismo burgués.
Lo anterior, no es más que la idea general que después de tanta palabrería inútil, contempla para sí dicho manifiesto. Para quien es instruido en cuestiones económicas y que comprende cómo funciona un sistema en libertad, resultan hasta chocantes estas ideas que no reflejan ni más ni menos que la plena legitimización de la envida, en su máxima expresión.
Ni Marx ni Engels, al final, lograron ver
cumplido su sueño de ver impuesta su ideología en los países que cayeron
víctima de ella. Sin embargo, muchos fueron los resentidos sociales que
haciendo uso de un liderazgo negativo, hicieron suyas estas ideas y las
divulgaron por el este de Europa, durante las primeras dos décadas del siglo
XX. En una época en la cual, los gobiernos y las monarquías europeas de esta
región del mundo, manifestaban dentro de sus ciudadanos condiciones de pobreza
extrema derivada de la intervención burocrática, es ahí cuando estas ideas
tienen eco, particularmente en la juventud, que está harta de los abusos, de la
injusticia y del hambre.
Tras la revolución Bolchevique de 1917, Lenin
asume el poder en Rusia, rebautizándola con el nombre de “Unión de Repúblicas
Socialistas Soviéticas”, con una gran emoción por parte del pueblo ruso, que
ven en el a un salvador, a aquel que terminará con sus tristezas y su miseria, a
una persona facultada con plenos poderes y que los salvará del miedo y la
ignorancia. Fatal error…
La segunda estrategia, consistía en que, una
vez instalada la Dictadura proletaria, el Estado al servicio de la burguesía
sería gradualmente eliminado, de forma tal que –no se sabe en qué momento- se
llegaría a una sociedad sin esta figura, ya que todos los ciudadanos trabajarán
cuando quieran y obtendrán todo cuanto quieran del producto social que será
abundante para todos en igualdad de condiciones. De esa cuenta ya no será
necesaria la figura del Estado, logrando instalarse así el más puro comunismo
bajo el cual el trabajo será “pura delicia”, llegando los miembros de la
sociedad a tener la talla intelectual de un Platón o un Aristóteles. Así es
como se llega según Lenin a ese “Paraíso comunista”.
La verdad de todos estos disparates, ya fue juzgada debidamente por la historia. El Marxismo – Leninismo, fue un sistema que cayó no solo por su propio peso –mismo con el que no contaba- sino que del mismo modo, por su completa inviabilidad.
Lenin proponía, que al comunismo solamente podría llegarse por la vía de la violencia, del despojo y de la arbitrariedad, condiciones que nunca han sido propias ni han caracterizado a un sistema libre. De ahí que una de las razones por las cuales este tipo de ideologías tiene éxito, está relacionada precisamente por el desconocimiento general de lo que significa ser libre, esta condición es la más excelsa de todas para poder aspirar a mejorar las condiciones generales de vida en las sociedades actuales, de ahí que el amable lector, debe cuidarse así de todo aquel liderazgo y también de todas aquellas ideologías que tengan como finalidad transgredir ese valor universal que llamamos Libertad.
Quetzaltenango, 16 de octubre de 2013.
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